El 2 de septiembre, el conocido supremacista blanco y autoproclamado "defensor de los blancos" Jared Taylor pronunció un discurso titulado "Si no hacemos nada: una defensa de la política de identidad blanca", presentado por College Republicans United de ASU. El evento, organizado en una de las salas de conferencias más grandes de ASU, no sorprendió a los estudiantes de ASU al tanto de la historia de perpetuación del fanatismo de ASU.
La administración de ASU no debe promover un discurso intolerante, porque apunta a las comunidades minoritarias y perpetúa la supremacía blanca en el campus. Si bien es un logro ser clasificada como una de las mejores universidades por promover la libertad de expresión, este logro se ve empañado por el hecho de que parece significar que ASU continuará promoviendo el racismo y la supremacía blanca mientras ignora las necesidades y demandas de los estudiantes.
Taylor es un defensor del "realismo racial", una pseudociencia racista que sostiene la creencia de que ciertas razas son inferiores o superiores a otras. Ha promovido la creencia de que Estados Unidos debe seguir siendo predominantemente europeo y blanco. No es de extrañar que su presencia en ASU fuera recibida con la condena y las críticas de una variedad de estudiantes.
Otras organizaciones estudiantiles, incluida la ASU Women's Coalition, Young Democratic Socialists of America y Students for Justice of Palestine, apoyaron una declaración que condenaba el evento y pidieron a la administración de ASU que prohibiera a Taylor hablar en el campus. Los grupos también pidieron que la administración dejara de reconocer a CRU como una organización estudiantil y emitiera una disculpa por permitir que se promueva la supremacía blanca en el campus.
ASU tiene un historial de albergar oradores problemáticos y racistas.
Apenas el año pasado, CRU recibió al nacionalista blanco y negador del holocausto Vincent James Foxx.
En el 2015, el profesor asociado de la School of Social and Behavioral Sciences, Robert Poe, apoyó a un compañero profesor que fue atacado por supremacistas blancos por dar clases sobre la teoría crítica de la raza. Aunque él y otros miembros de la facultad mostraron preocupación por la seguridad del profesor que estaba siendo atacado, la administración pareció permanecer en silencio, dijo Poe.
"Definitivamente querían que desapareciera en ese momento. No querían la publicidad o la publicidad negativa sobre la Universidad", dijo Poe.
Poe dijo que el problema no es libertad versus discurso de odio, sino que ASU promueve ideales intolerantes como la supremacía blanca y el neonazismo.
El debate entre lo que cuenta como discurso de odio y lo que es libertad de expresión protegida es difícil de navegar, pero está claro que la administración de ASU no ve los problemas que surgen al permitir que la intolerancia tenga una plataforma. Parece que ASU está más preocupada por proteger a los nacionalistas blancos que no están afiliados a la escuela que por brindar un entorno seguro para sus propios estudiantes.
Los estudiantes han continuamente mostrado incomodidad y condena de eventos como estos, solo para ser recibidos con silencio y complacencia por parte de la administración de ASU.
El presidente de ASU, Michael Crow, emitió recientemente una declaración sobre el evento, afirmando que es su "opinión personal que las ideas particulares que defiende Jared Taylor no tienen cabida en el avance de la democracia estadounidense".
Sin embargo, Crow promociona que la política de libertad de expresión de ASU protege a Jared Taylor y otros oradores invitados.
En la introducción al discurso de Taylor, el fundador de CRU, Richard Thomas, agradeció a Crow por "hacer todo lo posible" para permitir que se llevara a cabo el evento.
"Me gustaría expresar mi aprecio por Arizona State University", dijo Thomas. "Entendiendo que la administración estuvo bajo una presión muy considerable al tratar de cancelar este evento, y se mantuvieron firmes. Eso es inusual en estos días".
Cuando hay una gran cantidad de protestas por parte de estudiantes, clubes y profesores, la administración de ASU no cumple con su deber como institución educativa al guardar silencio continuamente sobre asuntos relacionados con la supremacía blanca, lo que deja a las comunidades de ASU vulnerables y desprotegidas. La administración de ASU necesita repensar cómo abordan estas situaciones para que no se basen en la intolerancia.
Editado por Sadie Buggle, Grace Copperthite, Sophia Balasubramanian y Piper Hansen.
Traducido por Yamileth Cabrera y Brenda Muñoz Murguia.
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